El Colgado
El colgado. El colgado es la carta número 12 del tarot. En la carta
podemos ver a un hombre colgado. Esta posición hace referencia al castigo que
sufrían los traidores en la Edad Media. Esta carta nos habla de la traición, de
traicionar aquellas creencias y valores que nos han sustentado hasta el momento,
para así descubrir unos valores más genuinos y sinceros con nosotros mismos. Si
no hay traición no hay amor, sino sumisión.
El personaje de la carta aparece colgado en una cruz, por
tanto nos habla de sacrificio, como la cruz de Cristo. El colgado está en una posición
de humillación, sin poder moverse, sin embargo su expresión no es de sufrimiento.
Estas dos ideas nos hablan de la simbología dual de la carta; en primer lugar la
sensación de detención y parálisis en la que se encuentra la persona. En
segundo lugar, la entrega y la confianza de aceptar una realidad que no es la
que uno desea, pero que en el fondo sabe que es la que toca vivir en este
momento. Sin duda la paciencia y el sacrificio van a ser elementos importantes
en estos momentos de la vida. Sacrificio y transición para una nueva comprensión son las dos ideas principales que nos envía este arcano.
A parte de esta posición invertida del personaje, también
observamos una luz intensa que surge de su cabeza. Esta luz representa la
asimilación de aspectos inconscientes, que hasta ahora se mantenían ocultos.
Esto significa que la persona tendrá que cambiar su escala de valores, o bien
adoptar una actitud diferente para resolver algún tipo de problema. La carta
del colgado es anterior a la de la Muerte, por tanto ya nos anuncia que una
parte de nosotros tendrá que morir eventualmente, con el fin de renacer renovada.
No obstante la carta también cuenta con elementos que nos conectan con la vida,
y que nos indican dicha renovación, como es la vegetación que nace de la cruz.
La carta del colgado del tarot nos anuncia un momento de parálisis, en
el que podemos tener la percepción de que todo está al revés, donde se vive con
la sensación de que uno no entiende nada. La carta nos anuncia que es necesario
renunciar para ver el mundo desde otra perspectiva, es un momento de hacer examen
de conciencia. A diferencia del Ermitaño, que busca la verdad en su interior,
el colgado está en una actitud de cuestionamiento vital. Es por tanto una actitud
de sacrificio, en que la vida nos ha puesto freno, y por más que nos resistamos
no vamos a poder cambiarlo. En consecuencia es necesario renunciar a los
intereses personales, en aras de una causa superior. La vida nos obliga a mirar
las cosas desde otra perspectiva, y eso va a requerir de nosotros paciencia y
dejarnos llevar por la vida, abandonando los deseos de control del ego.
En su aspecto sombrío esta carta nos habla de resistirse al
cambio. A la persona le cuesta entender que la plenitud no se consigue desde el
“yo puedo” del ego, sino desde el “yo acepto”. Es una experiencia que debe ser
vivida, pues la resistencia a ella únicamente traerá rabia, impotencia y
frustración. También mal aspectada nos puede hablar de una actitud excesivamente
pasiva, de victimismo, por parte del consultante.
Leslie Beebe
Tarólogo y terapeuta Barcelona
Tarot Barcelona
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